viernes, 26 de febrero de 2010

Francisco Igartua Rovira - Colegio San Jose . Hermanos Maristas . Callao


Paco empezó a asistir al colegio de los Hermanos Maristas de El Callao, desde donde regresaba todas las tardes tan su­cio y con las ropas tan destrozadas que su madre lo amenazaba con vestirlo con costales y amarrarle a la cintura los útiles escolares para que no los perdiera, como sucedía a menudo. Al parecer, la facha de Paco no era tanto consecuencia de riñas callejeras, que no iban con su carác­ter, sino de las travesuras de pesca y otras aventureras incursiones que realizaba con su primo Lucho y un grupo de ami­gos a la boca del río, la parte rural y agreste que aún poseía El Callao de esa época. Los zapatos mojados y el deterio­ro completo del uniforme eran conse­cuencia de su paso por los pantanos y matorrales que con su pandilla hacían para llegar al sitio donde muere el mile­nario río (...)

A pesar de sus palomilladas, Paco sintió siempre, como hijo mayor que era, el deber de velar por sus hermanos Her­minia, Laco y Mima. Un sentimiento que se profundizó, sobre todo, hacia su her­mana menor a raíz de la trágica desapa­rición de su madre, una mujer extraordi­naria (...)

Siendo aún joven estudiante de secun­daria decidió hacerse seminarista, respondiendo a lo que él creía era una ur­gente vocación religiosa. Esta decisión lo llevó a viajar a Chile, de donde tuvo que regresar por problemas de salud y porque ya se habla diluido su juvenil deseo voca­cional (...)

Regresó entonces al colegio de los Hermanos Maristas para culminar sus estudios, reincorporándose también así al seno de sus queridos amigos chalacos y a su inseparable compañero, el primo Lucho Empezaron, entonces, las inquietudes propias de la edad, los paseos por el Malecón, las retretas y los espec­táculos de varieté en el Edén cine. Cuan­do les preguntaban en casa por qué llega­ban tan tarde, invariablemente la res­puesta era: "Nos encontramos con una fiesta en el camino....”
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MI PRIMO PACO - Nini Ghislieri