
miércoles, 19 de octubre de 2011
sábado, 15 de octubre de 2011
Fracisco Igartua, Oiga y una pasión quijotesca
Una “vallerriestrada”
Por Jhon Bazan Aguilar
Revisando notas y personajes en la web he dado con un articulillo suscrito por el considerado el último de los oradores parlamentarios, don Javier Valle Riestra, o, como quieren algunos, más apropiadamente don Javier Maximiliano Alfredo Hipólito Valle Riestra Gonzáles Olaechea.
Me refiero a “Una “bustamantada” (*) que este insigne aprista de conveniencia suscribió en el diario Expreso el 13 de Enero de 2011, sin ningún rubor, comparando lo incomparable: la postulación por el Apra de José Luis Bustamante y Rivero en 1945 con la decisión maniquea de Alan García a principios de este año de llevar a Mercedes Araóz como candidata aprista a
No he leído apristas que hayan rechazado los dichos de Valle Riestra al interpretar la historia de un modo tan sui-géneris, y es que en su momento cada quien se cuidaba las espaldas y las canillas para no chocar con García. Porque en el fondo lo que Valle Riestra hacía no era cuestionar a García sino simplemente cargarse contra Bustamante y Rivero por haber puesto realistamente los pies sobre la tierra una vez elegido y poner al aprismo en el lugar que merecía.
Si hubiera periodistas de fuste como Francisco Igartua y Pedro Planas de Oiga de seguro le habrían respondido como se merecía. Pero qué se puede esperar de quienes viven alrededor del acomodo y la crítica soterrada.
En su nota, Valle Riestra, ubicuo personaje caviar de los novecientos, pretendía hacer creer a los incautos que con Meche Aráoz en nuestros días pudiera ocurrir lo mismo que con Bustamante en los cuarentas: que dejara de lado al Apra una vez llegada al poder. Pero ni una línea, que digo, ni una sílaba, en contra de esta decisión personalista de Alan García de imponer a una extraña a su partido por encima de lo que se supone era la institución política más representativa del país. E insisto: era.
En su venerable y autogenerada impostura como defensor de las causas justas, el aristocrático abogado de los apellidos señeros y compuestos echa mano sin respeto alguno al calificativo que alguna vez el propio Haya de
Valle Riestra, ilustre heredero de don Ricardo Valle Riestra Meiggs y Hortensia González Olaechea y Olaechea, medró bajo el manto indudablemente grandioso de Haya, fue regidor metropolitano de Lima, constituyente y Senador por el Partido fundado por él, que aún después de su muerte seguían votando con el pensamiento puesto en sus ideas (que García y el propio Valle Riestra jamás reivindicaron plenamente desde el poder) pero no tuvo reparo alguno en irse al otro extremo, a la dictadura fujimorista, de la cual de la noche a la mañana se hizo Primer Ministro.
Rara metamorfosis que lo pinta de cuerpo entero, y de la cual no ha hecho un completo mea culpa. Mas bien, ya muerto Haya, fue perdonado por Alan García y elegido como congresista, aunque con escrúpulos de vedette que se dolía de estar mezclado con la choledad del nuevo Parlamento, herencia de sus antiguos socios del fujimorismo y de otras tiendas que mezclaban perro pericote y gato en sus listas, con tal de que contribuyeran a la campaña en coloridos billetes verdes sin preguntar su procedencia.
En cierto modo la sociedad de Valle Riestra con Fujimori se anticipó al acuerdo bajo la mesa que Alan García al final de su gobierno tenía con Keiko Fujimori, porque el devenir de los hechos reveló después de la postulación e intempestiva renuncia de Mercedes Araóz, que la verdadera esperanza de impunidad del maquiavelico ex Presidente era la hija del preso de
Los días pasan, el futuro siempre llega, los escritos quedan, y lo dicho por Valle Riestra en torno al hombre probo y patriota que fue José Luis Bustamante y Rivero no puede quedar en el aire. Este es solo un tímido recordaris al personaje de las frases hechas, porque si no los hay ahora, estoy seguro que en el futuro existan otros periodistas verdaderos que pongan las cosas y los personajes en su sitio.
Lima, Octubre de 2011.
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Aquí, la nota original
(*) Una “bustamandada”
Javier Valle Riestra
Soy un aprista no inscrito, aunque hace setenta años que lo soy. No tengo ningún cargo partidario. Soy congresista por el APRA pero eso no me da legitimidad para tomar el nombre del PAP. Aclarada esta premisa, afirmo que ha sido un grave error postular como candidata a
Me recuerda el caso de José Luis Bustamante y Rivero, a quien postulamos en 1945 como candidato a
Intrigó en el contrato de Sechura, poniendo al APRA como si fuera pro-imperialista, y se olvidó completamente de Haya, el gran elector, quien había renunciado a su postulación para hacer menos conflictiva la restauración democrática, y de todos los que habían contribuido a su triunfo.
Lógicamente, esta situación jesuísticamente manejada terminaría en el alzamiento del odriismo (27.octubre.1948). El remate de ese colaboracionismo con el sabotaje lo dio cuando se hizo cómplice de veintiún senadores reaccionarios que acordaron en julio de 1948 no asistir a las Juntas Preparatorias ni a la instalación del congreso el 28 de julio. Era la anarquía. De hecho quedaba en suspenso el congreso. El Jefe de Estado publicó un comunicado diciendo que tampoco concurriría al Parlamento. Era el fin. A este escenario lúgubre se agregó el desafío golpista fallido del comandante González Pavón que asaltó
martes, 11 de octubre de 2011
Por qué Paco Igartua detestaba a los apristas
viernes, 7 de octubre de 2011
Pedro Planas Silva In Memoriam
Pedro Planas:
Al cumplirse diez años de la temprana muerte de Pedro Planas, no podemos menos que recordar la enorme pérdida que significó su partida para el periodismo y la intelectualidad peruana. Tenía apenas 40 años, y pese a que sus aportes ya dejaban huella, tenía aún por delante visibles retos tanto en el periodismo y la cultura política nacional.
Francisco Igartua, Fundador y Director de la revista “Oiga”, de quien Pedro Planas fue una especie de brazo derecho, definió con apropiadas palabras esa esperanza frustrada: “se nos ha ido Pedro Planas justo cuando llegaba a la madurez, y parecía que, por fin, su voz inteligente comenzaba a señalarle a
Pedro Planas fue eso: una mente hábil para razonar y encontrar luces que iluminaran nuestro destino patrio, fue hombre de inteligencia excepcional, tan veloz en el pensar que las palabras le quedaban retrasadas, haciéndose apresurado el lenguaje, precisaba Igartua en su nota postrera. “Nunca en mi largo corrido por las redacciones tropecé con un joven de mente tan despierta como la de Planas”
Igartua para entonces ya no tenía “Oiga”; presionado por el fujimorismo se había visto obligado a desprenderse de ella para indemnizar a sus trabajadores, y la nota la hacía en Ideelemail, publicación electrónica del Instituto de Defensa Legal-IDL (*).
Tres años antes de esa fecha, en noviembre de 1998, quien esto escribe fue testigo del gran respeto y aprecio que Igartua le tenía a Planas. En esa época ya Igartua hablaba de refundar “Oiga” y a un grupo de cercanos amigos nos había encargado esa tarea, empezando por recuperar legalmente el logotipo, lo cual se logró pero lamentablemente años después cuando el propio Igartua había muerto.
En esa fecha, sin embargo, estando Planas presente, y amigos cercanos como Guillermo Rey Terry, Enrique Moncloa Diez Canseco y Percy Buzaglo Terry, nos dijo a Planas y a mí que éramos a su muerte los encargados de continuar su tarea en “Oiga” y que Planas era el más indicado para ser Director. Estábamos en la oficina de Moncloa, tras una larga conversación de la que también fui testigo con Carlos Montori Alfaro, Mecenas de nuestro proyecto, que sabía también de su decisión.
Planas se lo merecía: en ocasiones en que Igartua estaba ausente, escribía los editoriales de “Oiga”, y bien recordaba el fundador de “Oiga” que no era un periodista clásico a tiempo completo sino que “su inquietud lo llevaba más allá del trajín periodístico y fruto de esa inquietud eran sus libros, sus despiadados y doctos análisis de la realidad peruana, sobre todo lo que atañe a nuestro presente. Víctor Andrés Belaunde, Riva Agüero, Haya, Mariátegui y Leguía desfilan por sus páginas dejando –con sus aciertos y desaciertos- lecciones para el hoy y el mañana” (**).
Para el año 2001, en que murió Planas, ya se había avanzado colocando “Oiga” en Internet vía “oiga online”. El cáncer segó la vida de Paco el 24 de marzo de 2004, y no pudo ver como posteriormente se recuperó legalmente todo el patrimonio cultural y la decencia de su amada revista.
Paco ya no existe físicamente, Planas tampoco, pero la inspiración de ambos sigue vigente. Son ellos los que guían el proyecto compartido de hacer de Oiga nuevamente una presencia constante en el periodismo peruano, no solo como ejemplo de las grandes tareas por hacer sino también como testimonio histórico de un periodismo honesto y realista, que es cada vez más “rara avis” en nuestro país.
JHON BAZAN AGUILAR
Lima – Perú
7 de Octubre de 2011
(*).- N° 183, 16 de Octubre de 2001.
(**).- Pedro Planas Silva, nacido 22 de marzo de 1961, estudió Ciencias de las Comunicaciones en
Pedro Planas Silva - EDITORIAL – "Cómo terminan las democracias" - Oiga 28/11/94
Pedro Planas Silva In Memoriam
¿Hubiese sido preferido acaso, para gozar de los ingresos que trae la publicidad, ingresar entusiasta a la «luna de miel» con García y, luego, sin ninguna vergüenza, encaramelarse con el Fujimorismo anti-García? Si, sin duda hubiese sido más provechoso para las arcas de Oiga. Pero, Igartua sabía que, de rodillas, nunca se hace buen periodismo. Y así, cierra esta etapa, pero con el honor en alto. Pedro Planas Silva - "La Critica Solitaria" - Oiga 5 de septiembre de 1995
Pedro Planas Silva In Memoriam
jueves, 6 de octubre de 2011
Pedro Planas Silva In Memoriam
Encuentro con Pedro Planas
Por: Lino Bolaños
Fue el 6 de abril de 1992. Pedro Planas y yo nos encontramos por casualidad en el Haití de Miraflores a las nueve de la mañana. Nos abrazamos como siempre lo hacíamos, pero esta vez no sonreímos. Encontrarme con Pedro era lo mejor que podía ocurrirme aquel aciago día en que el golpe de Fujimori acababa de producirse.
Aún titilaban en nuestras mentes las sonrisas de aprobación de los amiguísimos del régimen, esas sonrisitas clásicas de los mediocres que no saben cómo ensalzar a la autoridad. Cómo no iban a sonreír. Tenían la aprobación mayoritaria de los peruanos. Según casi todos, el golpe era necesario para acabar con los que se llenaban con la mamadera del Estado. Fujimori iba a acabar con eso, con los congresistas corruptos, con los débiles que no hacían nada por el país.
Era para nosotros una verdadera tragedia. Ese día, lo recuerdo bien, teníamos mucho que hacer Pedro y yo. Sin embargo, nos quedamos conversando en ese café, tratando de comprender qué era lo que pasaba, tratando de encontrar un camino de solución, tratando de avizorar la tragedia que, sabíamos, iba a desplegarse sobre todos nosotros.
Pedro creía en la constitución, en un parlamento eficiente y en la regionalización del Perú como condiciones sine qua non para el desarrollo. Yo pienso lo mismo que Pedro. Pienso también que aún no se ha valorado lo suficiente el aporte de este peruano excepcional a nuestra cultura y a nuestro pensamiento. Pedro merece un gran homenaje de todos los peruanos.
Nuestra conversación seguía. Tomamos varios cafés y llegó la hora de almorzar. Ni él ni yo queríamos irnos. Nos dolía lo mismo ese día: la indiferencia de los peruanos, la poca comprensión de los temas reales que han dañado desde siempre a nuestra nación.
Llegamos a la noche. Hablábamos y hablábamos de lo que nunca podía volver a pasar, de qué debíamos hacer nosotros, dos buenos amigos, en defensa de la democracia y en contra de la opinión de los grandes sectores de la población. ¿Juntarnos con otros amigos? ¿Buscar a ese mínimo porcentaje que sabe que las dictaduras nunca han solucionado nada en el Perú? ¿O quizá entender, en definitiva, que los procesos de la historia se deben justamente al estado mental de las mayorías, que hacen y deshacen su propia felicidad?
Nos veríamos muchas veces más a lo largo de nuestras vidas, pero creo que ese encuentro fue uno de los más enriquecedores de mi existencia. Las mesas estaban apiladas ya en el café. Se habían ido todos y casi no nos habíamos dado cuenta. Por fin nos despedimos.
La muerte prematura de Pedro Planas fue una de las mayores desgracias que le pudo ocurrir al Perú. Fui testigo de algunas de las gestas de este hombre valioso y valeroso en defensa de la democracia, de la libertad, y, sobre todo, de la verdad. Sigo creyendo que él, que vivió tan intensamente su pasión por el Perú, seguiría incansable por hacer de este gran país un lugar mejor para vivir.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Pedro Planas Silva In Memoriam
MIGUEL GRAU: EN DEFENSA DE
Por Pedro Planas Silva. "Democracia y Tradición Constitucional en el Perú. Materiales para una historia del Derecho Constitucional en el Perú". Editorial San Marcos. Lima, 1998. Pp. 428-431
Nota Introductoria
Aquí se presentan dos documentos de enorme magnitud democrática e histórica, pero escasamente conocidos y divulgados, pese a que deberían considerarse como textos de reflexión obligada en colegios y hasta en las escuelas de los institutos armados en el Perú. Se trata de la firme posición que adoptó
Pronunciamiento de
<< El inaudito abuso de fuerza con que el día de ayer ha sido escandalizada
<< El criminal proceder del Coronel Tomas Gutiérrez, es pues, la ruina del régimen constitucional y, como consecuencia precisa, el desquiciamiento social más completo. Para restablecerlo cábenos la fortuna de ser los primeros en ofrecer nuestro patriótico contingente y poner al servicio de
El ancla, Callao, Julio 23 de 1872
Miguel Grau, Aurelio García y García, Samuel Palacio, Camilo N. Carrillo, Carlos Ferreyros, Miguel Ríos, Manuel M. Carbajal, Simón Cáceres, Carlos Arrieta, F.M.Frías, Amaro G. Tizón, Ruperto Gutiérrez, Ramón Freyre, M. Espinosa, Darío Gutiérrez, Enrique Carreño, Pedro Rodríguez Salazar, Eugenio Raygada, Serapio Tejerina, Arístides de
Manifiesto de Miguel Grau en defensa de
<< Comandancia del Monitor Huáscar. Julio 26 de 1872[2] >>
<< El 22 del presente a las 2:00 p.m. se introdujo en el Palacio de Gobierno el Coronel Silvestre Gutiérrez quien, habiendo tomado de antemano todas las precauciones para no encontrar resistencia, a la cabeza de dos compañías del Batallón Pichincha, que mandaba, aprisionó a S.E. el Coronel don José Balta y después de haber personalmente arrojado de sus puestos a todos los empleados de los Ministerios y demás oficinas del Estado, se dirigió a
<< El Coronel don Tomás Gutiérrez, para poder consumar impunemente este criminal atentado, abusando del puesto que le había confiado como Ministro de Guerra su excelencia el coronel Balta, inutilizó de antemano todas las fuerzas que no eran de su confianza, separando del mando de algunos Cuerpos a los Jefes y Oficiales que, con su honradez y antecedentes, eran incapaces de prestarse a secundar una acción tan criminal, reemplazándolos con otros adecuados al logro de sus aspiraciones. V.S. comprenderá que, estando el Ejército puramente en manos de los cuatro Coroneles Gutiérrez otros Jefes improvisados y sin prestigio, les fue fácil llevar a cabo, sin oposición alguna, tan incalificable crimen, haciendo así uso de la fuera, para pisotear impunemente las leyes y atacar de un solo golpe todos los poderes de
<< Al ver así las leyes ensartadas en la bayoneta del soldado al ver atropellados todos los poderes de
<< Al dar a V.S. cuenta de estos acontecimientos abrigo la firme convicción de que V.S., cuyos honrosos antecedentes y amor patrio lo hicieron acreedor al puesto que ocupa, se apresurará a ser uno de los primeros que corra al llamamiento que hacen unánimemente los Representantes de
Dios guarde a Ud.
Miguel Grau
[1] Para derrocar la dictadura de Tomás Gutiérrez, Grau movilizó el “Huascar” por todo el litoral del Sur, remitiendo por telégrafo esta circular a todas las autoridades, difundiendo el pronunciamiento del Congreso y conminándolas al respeto a
[2] Se trata de un texto consecutivo, sin puntos aparte. Para facilitar la lectura, lo hemos dividido en tres párrafos.
[3] Efectivamente, como se relata con detenimiento en el texto “Reelección y auto elección en el Perú republicano”, el 23 de julio de 1872, antes de ser disuelto, el congreso emitió un Manifiesto donde denunció que se había “perturbado el régimen constitucional” y que “semejante ultraje a la ley, a la soberanía y a los fueros de
Acta de la sesión Congreso del 22 de julio de 1872, en: “El Peruano”. Boletín Oficial; Lima, martes 6 de agosto de 1872; p.61
sábado, 1 de octubre de 2011
EN MEMORIA DE LA COFRADÍA
En este Día del Periodista, quiero personificar mi saludo en
Ellos, sin embargo, siguen formando parte de nuestra especial Cofrafía. Fueron maestros, quizás severos jefes, compañeros de tertulias y parrandas, feroces competidores en pos de una primicia, consejeros al paso, confidentes, aprendices o realizados, fuimos en las redacciones y en las calles, esencialmente amigos.
Para Pancho Perleche mi inolvidable hermano de mil y una noches, para el Comandante Méndez y su fraterno Hugo, para Marcelo Languasco, poeta del titular al filo de la medianoche tabernera. Para el Cumpa Donayre, a quien de a pocos fui robándole retazos de humanidad hecha poesía, para el "patuto" Oscar Díaz Bravo y su alternante de mesa Jorge Castro de los Ríos; y, claro está, para Alfonso Grados Bertorini quien cambió mis trajines provincianos en mi tierra cercana por los ajetreos de una Lima sesentera; y al ingeniero Federico
Y en cuanto a los fotógrafos, como no mencionar al cabezón Rubens Temoche, a quien literalmente no le entraban balas cuando disparaba sus cámaras; o al exquisito Pedro Shigimoto, prolijo y preciso; y a Willy Retto, ese muchacho mártir que pudo darnos tanto, y que pereció tomando fotos hasta que le cortaron la vida en un lejano pueblo de la sierra de cuyo nombre no quiero acordarme ahora; y Amador García, también victimado allí.
A lo largo de tantos años de correr tras la noticia he perdido tantos amigos, que los que me quedan apenas compensan las penas, que ahogamos en cervezas espumantes en días como hoy. Hay días en que recuerdo al flaco Jiménez, quien me introdujo al mundo de la televisión al empezar los 80s, y también al gordo Mañuco Gutiérrez, con quien por los 90s hice sabroso periodismo en Trujillo; y hay días en que afloran en amicales nostalgias el enjundioso Borboy, el noble flaco Espinar, que fue Presidente de nuestra FPP, Laureano Carnero, el zambo Avendaño, y tantos, tantos más.
A todos ellos les dedico este saludo por el DIA DEL PERIODISTA PERUANO, y los menciono porque los conocí, porque fui de ellos alumno, aprendiz, compadre o compinche de nocturnas correrías. Elevemos el cáliz cotidiano en su nombre, hagamos un sonoro ¡Salud! chocando los cristales de los vasos sacando chispas (oh, me había olvidado de Hugo Villasís, sacapica, mi gran hermano replanero). Por Pancho y el Comandante, por el Cumpa y Laureano, hagamos correr hoy ríos de líquida cebada, allí donde nos encontremos, y en un brindis común –más allá del tiempo y la distancia- reiteremos con ellos que
Lima 1 de Octubre de 2011.
LUIS ALBERTO GUERRERO UCHUYA
Periodista Profesional Colegiado
Reg. CPP 0547 FPP 1165