sábado, 2 de octubre de 2010

Amigos y Enemigos - Revista Oiga 5/10/1987

El Patricio de la Paz

Señor director:

En su última edición OIGA destaca el gesto de desprendimiento del novelista Mario Vargas Llosa al donar los 50 mil dólares que recibió como ganador del Premio Hemingway-Ritz a los niños huérfanos de Ayacucho, contrastándolo con la actitud de nuestro presidente, quien dedico a levantar la hipoteca que pesaba sobre su residencia en Chacarilla los 9,000 dólares que cobro por el discurso que, como mandatario del Perú, cobro a la FAO, organismo de las Naciones Unidas que lucha contra el hambre en el mundo. Dicho sea de paso, el desplazamiento del presidente García a Roma, con una numerosa comitiva, costó al erario nacional más de 40,000 dólares.

Los peruanos debemos recordar con orgullo otro gesto de desprendimiento: el protagonizado por nuestro ilustre patricio, el doctor José Luis Bustamante y Rivero, quien en 1980 rechazo 500 mil dólares que, mancomunadamente, le ofrecieron los gobiernos de Honduras y El Salvador por haber sido el artífice del tratado de paz –firmado en Lima el 30 de octubre– que puso fin a once años de hostilidades entre ambas naciones centroamericanas.

El conflicto bélico entre Honduras y El Salvador estallo en 1969 cuando hinchas que asistían a los partidos por la Copa Mundial de Futbol que se celebraba en El Salvador y Tegucigalpa atacaron a los simpatizantes del equipo nacional visitante en ambas capitales. Hubo manifestaciones de protesta en los dos países. Honduras expulso a 11 mil campesinos salvadoreños asentados en su territorio y el 14 de julio tropas de El Salvador invadieron Honduras. Hubo un cese de fuego a pedido de la OEA y en 1970 El Salvador y Honduras crearon una zona desmilitarizada a ambos lados de la frontera mientras se buscaba una solución al conflicto.

El 3 de abril de 1978, Honduras y El Salvador solicitaron la mediación del doctor Bustamante y Rivero, ex – presidente de la República, ex – presidente del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya y, en esos momentos, senador vitalicio del Perú. Durante dos años nuestro ilustre patricio recorrió los pueblos fronterizos de ambos países, dialogando con sus habitantes en agotadoras jornadas hasta encontrar puntos de coincidencia que sirvieron para redactar el tratado de Paz que en 1980 se firmo en palacio de Gobierno, en presencia del presidente Belaunde Terry.

Poco después se supo que El Salvador y Honduras quisieron entregarle al doctor Bustamante y Rivero 500,000 dólares, dinero que este rechazo manifestando que la paz de los pueblos no tiene precio. Noble gesto de nuestro ex – mandatario de la nación, repetido por Mario Vargas Losa que lamentablemente para nuestro país, no ha sido seguido por el presidente García, más preocupado en comprar residencias que en dar el ejemplo de desprendimiento.

Atentamente,

Emilio Muñante A.

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