domingo, 16 de diciembre de 2012

EUZKO ETXEA ARANTZAZU LIMA


LOS COMERCIANTES VASCOS
EN EL VIRREINATO PERUANO
Profesor Dr. Guillermo Lohmann Villena
Catedrático de las Universidades del Perú
Mayor de San Marcos y Lima 

III

EL CONTINGENTE VASCO EN EL TRIBUNAL
DEL CONSULADO

Es de sobra conocida la importancia de este organismo gremial, que agrupaba un modo genérico a cuantos, bajo ciertas condiciones, ejercían quehaceres de orden  mercantil en sus diversas modalidades. Aunque todavía carecemos de estudios profundos que esclarezcan la magnitud de la gravitación de los Consulados en el campo financiero, comercial y crediticio, no será exagerado aseverar que en Indias coba mayores dimensiones institucionales que en la Península.
Una pesquisa en la composición de los cuadros dirigentes de la entidad que constituía la “personificación del comercio limeño”(41), cuyas Ordenanzas por cierto determinaban que en lo que no estuviese contemplado en las aprobadas en 1627 se observase, como legislación supletoria, lo prevenido en las del Consulado de Bilbao, nos pondrá en la pista de reconocer con claridad el volumen de la presencia del elemento vascongado en el seno de la institución y por ende deducir su influjo en el ámbito comercial del Virreinato entero.
A nuestro intento importa por modo exclusivo tener presente que para ser inscrito en el patrón de electores, y consecuentemente ejercer el derecho de elector y el pasivo de ser elegido, se requería acreditar residencia fija en la capital del Virreinato, disponer de un capital mínimo de 12.000 pesos, ya como mayorista con existencias en el almacén o como volumen del giro comercial, o ser propietario de una de las embarcaciones de alto bordo adscritas al servicio de conducción de situados a la plaza de Valdivia es illas de Juan Fernández (42).
La preponderancia cuantitativa de los vascongados como grupo compacto se acusa por lo pronto en las Juntas, que se convocaban para deliberar sobre asuntos graves. En ellas se reunían exclusivamente, el Prior, los dos Cónsules, los Consejeros (quienes anteriormente habían ocupado cualquiera de dichos cargos directivos) y los Diputados (aquellos miembros del gremio que por su respetabilidad eran voceados como candidatos para ser elegidos en lo futuro). Pues bien. A modo de calas escogidas al azar, he aquí los concurrentes de documentada filiación vasca que participaron en esas sesiones restringidas: en las celebradas en 1769 suenan los nombres de Elola, de Domingo de Zaldívar, de Tomás de la Bodega, de Ororbiogoitia y de Izarnotequi; en las de 1770, entre los siete Consejeros y Diputados figuran Elola y Domingo de Zumarán; en las de 1771 actúan de Consejeros Tomás de Bodega y Arrese; en las de 1773 comprobamos una presencia masiva, pues entre los 17 Consejeros y Diputados concurren Elola, Bodega, Larrea y Amez, Ororbiogoitia y Manual Zaldívar; en 1774, en que uno de los Cónsules era guipuzcoano, acuden Amandarro (43), Zaldívar, Ocharan y Mollinedo, Elola y Larrea y Amez; en 1775 lo hacen Ocharan, Elola, Otaegui, Ororbiogoitia, Francisco Zurrarán, Zaldívar y Larrea y Amez; en 1777 hallarnos a Elola, Ocharan, Otaegui, Ororbiogoitia, Silvestre de Amenabar y Amandarro, y para terminar, en 1783 allí están Elola, Sarroa, Ocharan, Larrea y Amez, Ororbiogoitia y Amandarro(44). Recapitulando: Elola participa en las deliberaciones a lo largo de tres lustros, al igual que Ororbiogoitia; Larra y Amez durante un decenio, y Ocharan y Mollinedo por nueve años.
En la Junta general celebrada en Mayo de 1779 para reformar las Ordenanzas en el punto del monto de los litigios de que habrían de conocer los jueces del Consulado, de los 22 que llevaron la voz de todo el gremio, cinco son conocidos nuestros: Arrese, Elola, Larrea y Amez, Ororbiogoitia y Zaldívar (45). La matrícula de los 42 compromisarios congregados en Diciembre de 1790 para elegir autoridades para el año siguiente incluye nueve (21%) de oriundez vasca: Silvestre de Amenabar, Manuel de Alzola, Francisco María Zuloaga, José de Zaldívar, Domingo Martín de Laspiur, Juan Miguel de Mendiburu, Blas Ignacio Tellería, Manuel de Unamunsaga y Juan Miguel de Castañeda (46).
Como no podía ser por menos, esta afluencia hubo de traducirse, a partir del de la centuria, en la composición de la mesa directiva del Tribunal, conformada por Prior y los dos Cónsules. He aquí la nómina por orden cronológico:

1750, 1751, 1752 y 1753 Cónsul Pedro del Villar y Zubiaur (47).
1754, 1755, 1756 y 1757 Cónsul Jerónimo de Calatayud (48).
1756, 1757, 1758 y 1759 Cónsul Ignacio de Elola (v.).
1760 y 1761 Prior Pedro de Elcano y Balda (v.).
1760, 1761, 1762, 1763 y 1764 Cónsul Domingo de Zaldívar y Pascual (49)
1762, 1763 y 1764 Prior Villar y Zubiaur.
1762, 1763 y 1764 Cónsul Tomás de la Bodega y Quadra (v.).
1765 y 1766 Prior Elola. Cónsul Bodega y Quadra.
1773,  1774, 1775, 1776 y 1777 Cónsul Joaquín José de Arrese.
1785, 1786, 1787 y 1788 Cónsul Juan Bautista de Sarraoa e Iriarte (50).
1795 y 1796 Prior el mismo.
1797, 1798, 1799 y 1800 Cónsul Blas Ignacio de Tellería (51).

Resolutivamente, en los bienios 1760-1761 y 1765-1766 el Prior y un Cónsul pertenecen a la nación vascongada; en 1762, 1763 y 1764 se llega al extremo de copar los tres puestos. Marcas tan elocuentes no requieren de mayor comentario, pero denuncian a las claras que la institución se encaró como un predio de caza.
Para cerrar este apartado, no es de desdeñar que hasta su fallecimiento fue Juan Bautista de Arieta y Azcarraga (v.). Receptor del Tribunal, vale decir, el encargado de la cobranza de las rentas asignadas a la institución.

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