sábado, 28 de marzo de 2009

LO MISMO QUE HACE CUARENTA Y CUATRO AÑOS por Francisco Igartua - Oiga 09/11/1992


Hace cuarenta y cuatro años, en el primer número de OIGA, una hoja volandera que salió a luz el lunes 8 de noviembre de 1948, apareció este editorial que hoy vuelvo a sus­cribir sin cambiar una palabra. Es claro que el joven que fui no podía -menos en aquella época- dejar de estampar la palabra revolución. Pero, como ahí se lee, hablo de "una doctrina social revolucionaria", pero añadiendo "que sea realizable". O sea que me refería al cambio radical que, hasta hoy, no se concreta en el Perú, pero sin extremismos, sin cegueras, sin sectarismos. En ese entonces era yo evolucionista, sin decirlo por temor al medio intelectual en el que me desempeñaba, y creía posible el socialismo con libertad, con respeto al individuo y a las realizacio­nes individuales. Por eso hablaba de revolución que "fuera realizable".

Esto dije hace cuarenta y cuatro años y hoy lo repito:

"Aparece este semanario en un momen­to crítico y lleno de incertidumbre e inquietud para la Patria (se acababa de instalar la dictadura de Odría). No creemos venir a salvarla. No somos ilusos. Nos limitaremos a cumplir, en nuestro campo, en el periodismo, con lo que nos parezca justo. Hemos debido haber salido al público algo antes, pero un cambio de gobierno, sorpresivo aunque no ines­perado, ha instalado a una Junta Militar en el poder sino es ha obligado a meditar en la justicia de nuestra posición. Y no la variamos. Seguimos creyendo que sólo la honestidad y el desinterés asentados en una doctrina social revolucionaria, que sea realizable, podrán hacer la felici­dad de nuestro pueblo"...

Como era de esperarse, al cuarto número de OIGA la policía ingresó a los talleres, destrozó las 'formas' de la siguiente edición y yo terminé en la cárcel Varios meses, en los que no enloquecí, al presenciar las horrendas atrocidades que ocurrían -y siguen ocurriendo en las prisiones peruanas-, porque fui trasladado de la gran celda de castigo de los presos comunes al 'Buque', lugar menos tene­broso, junto a los apristas detenidos después del alzamiento de la marinería alentado -por Haya de la Torre el 3 de octubre de ese año.

Desde entonces, pues, conozco y huelo a las dictaduras. En ese ambiente estamos ahora, aunque todavía no haya comenzado el cierre de periódicos.

Pareciera que, por el momento, al gobierno le basta con tener controlada la televisión, la gran distorsionadora de la opinión pública en nuestro tiempo.

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