sábado, 9 de marzo de 2013


Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
¿QUÉ HACER CON EL PERÚ?

No es habitual y resulta masoquista iniciar un artículo poniendo el titulo antes de escribir. Sobre todo, como ahora, cuando éste ha sido inspirado no por un tema, sino por varios acontecimientos vistos en la televisión o leídos a la carrera en los diarios durante los últimos días.

Comenzaré relatando que miré de paso un programa policial y quedé estupefacto ante el feroz rechazo fuenteovejuno a una patrulla policial que, acompañada de fiscal, iniciaba la detención de los comercializadores de drogas del lugar, al parecer hijos de esos vecinos.

Violencia callejera
Una centena de policías bien armados tuvo que rescatar al fiscal y a la patrulla, que habían sido heridos, magullados y secuestrados. No hubo muertos porque Alá es grande. Pero ¿cuál fue el saldo de esta casi sangrienta pesquisa? Esos iracundos y delincuentes ciudadanos defendían algo aberrante (la drogadicción en el barrio) y todo por apenas unos soles, que vimos en una solemne mesa policial. Parecían muchos billetes porque estaban extendidos, pero eran muy pocos y la mayoría billetes de diez. ¿Cuál es la razón para que enfurecidos hombres y mujeres de una vecindad, poniendo en riesgo sus vidas y por apenas unos soles, defiendan tan aberrante modo de subsistencia? ¡Esto sólo puede ocurrir en un país muy enfermo y muy muerto de hambre!

Otro hecho que me llamó la atención fue la abierta posición del representante de la compañía italiana que ha potabilizado las aguas del río Chillón, el señor Andrea Bossola. Por lo pronto, reveló que la empresa administradora del agua en Roma está liderada por el municipio romano, que posee el 51% de las acciones, sólo el resto es privado. También reconoció como notable la capacidad técnicas y empresarial de Sedapal, con la que el proyecto Chillón está estrechamente relacionado.

Por lo expuesto no se crea que soy partidario de las empresas estatales. Pero, como no soy dogmático, lo dicho por el empresario italiano sí me hace reflexionar y preguntarme si la mejor y única manera de solucionar el problema del agua en Lima sea la privatización total de Sedapal.

Polémicas tarifas
También veo con claridad que la solución (cualquiera de ellas) pasa necesariamente por alza de tarifas, pues sin esa alza no hay financiación posible. Desde que el mundo es mundo, del cuero salen las correas. Y el cuero no son los millones que la empresa privada o el Estado logren prestarse, el cuero son las tarifas, o sea el bolsillo de los consumidores, del que tendría que salir el dinero para cubrir esos préstamos y los dividendos de los accionistas o del Estado. Todo lo demás es cuento, dogmatismo o teorías de una ciencia que, si fuera exacta, desde hace siglos no habrían crisis económicas.

Por lo que oí decir al señor Bossola, hombre sin duda experimentado en aguas, el planteamiento para resolver qué hacer con Sedapal no tiene que ser dogmáticamente propuesto como privatización o estatización sin matices. Salvo que el Estado, -o sea el país, tenga necesidad del dinero de la privatización para cubrir huecos presupuestales, necesidad que también está previsto resolver en la economía casera con la venta de las joyas de la abuela. Entonces si no habría otra opción, pero será necesario explicar por qué se ha de hacer.

Pero, si no es así, habrían otras opciones. Por lo pronto, personas autorizadas (no sólo Andrea Bossola) nos dicen que Sedapal es una empresa eficiente; y que no anda mal de fondos lo constatamos todos, todos los días, transitando por Lima. Desde hace un tiempo se ha hecho endemoniado andar por la ciudad, pues a cualquier sitio que vayamos tenemos que sortear huecos y zanjas que Sedapal está abriendo y cerrando después de entubar modernamente el sistema de agua y alcantarillado. Una inversión supongo que enorme.

Inversión en agua
Sin embargo, es evidente que mucho más es el dinero que se requiere para satisfacer las necesidades de agua de la población limeña y limpiar su mar. ¿Cómo resolver el problema?... El representante de la empresa socia de la comuna romana, Andrea Bossola, insinuó con diplomacia florentina que podrían haber distintos modos de asociación (como la del Chillón por ejemplo) para que los in-tereses privados intervengan en la solución del problema, sin necesidad de desmantelar Sedapal, que podría ser el regulador más efectivo de las tarifas y de que no haya despidos arbitrarios.

También hubo en la semana y entre otras necedades (como la insistencia en las elecciones regionales de noviembre), una declaración peripatética. Los encuestadores, puestos en la escena política por la intemperancia de la primera dama, propusieron resolver los problemas del presidente Toledo incorporando a todos los líderes políticos al gobierno. ¿No saben estos medidores de opinión que muchas manos en un plato causan arrebato y mayor si hay agudas contradicciones entre ellas?

¡Hasta el próximo sábado!

Fuente
FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

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